FRAGMENTOS DE LA NOVELA

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La Polaca – Inmigración, rufianes y esclavas a comienzos del siglo XX
Novela testimonial, 336 páginas con fotografías. Publicada por Editorial Norma.
1º edición agosto 2003,  reimpresión diciembre 2007
ISBN Nº 987-545-113-4


Fragmentos “Varsovia
Ya no siente frío en el pecho desnudo. Los labios aprietan su  pezón que libera las primeras gotas de leche, algunas se deslizan por la barbilla de Moishele. Rojl las detiene con un dedo que  lleva a la boca; saben a despedida. De pequeña, conoció otros adioses. Berdichev, apenas un lunar de la gran Rusia donde había nacido, quedó atrás y nada se acuerda de lo que cuentan sus padres y su hermana Dineleh. ¿Un osito de paño que perdía aserrín? El suave pelo del bebe le hace cosquillas. Se estremece. La boquita de Moishele insinúa una sonrisa. Hijito, vos tampoco guardarás recuerdos de Varsovia, y más vale que así sea.  Todo tu mundo gira alrededor de mi cara y tu única travesía es saber llegar a estas dos montañas desoladas de caricias.  Cuando por fin tu padre nos abrace festejaremos tu nacimiento.  Tal vez, más adelante, preguntes por qué no llevas su apellido. Puede que tu hermano Shíkele te invente historias para hacerte rabiar. No creas todo lo que te digan. La verdad es que papá está demasiado lejos y yo tuve que anotarte con mi apellido de soltera para poder embarcar. ¿Acaso no suena bonito: los hermanos Moishele Liberman y Shíkele Ferber? Y después de todo, ¿qué importancia tiene? A mí también me gusta inventar historias.
Con sus veintidós años Raquel, en el aturdimiento de aquellos días atravesados por la Primer Guerra Mundial, no sabe que se inventará una vida para ocultar la que el destino le está tramando.”
....


“Buenos Aires
La planchada, el muelle, grúas, bártulos y una multitud de personas que alargan sus cuellos, que vociferan en diferentes idiomas, que ríen y lloran como ellos cuando, al fin se abrazan.
El agua parda golpea la molicie de una tarde  excesivamente calurosa.  Iaacov, que apenas puede sostener  en brazos a su pequeño Moishele  y no es por la emoción del reencuentro, se admira de lo hermosa que está su mujer. La mirada de Rojl está cargada de un mal presentimiento. Shíkele camina obediente de la mano de su tía Helke, divertido de verla arrastrar una pierna.
Todo pasa  delante de los ojos de Rojl sin darle tiempo de detenerse en cada cosa. De haberlo hecho, se habría sorprendido al ver cómo algunos caballeros abordaban a mujeres que parecían estar perdidas en la muchedumbre.
El viaje en tren hasta Cacharí  le reveló la inmensidad de la pampa, sembradíos, vacas. ¿Quién podría pasar hambre allí? Tenía razón el rabino de Nozyk cuando los alentó a irse: el oro está en el suelo, hay que agacharse y recogerlo, decía. Ella está dispuesta. También opinaba lo mismo aquel señor Rubinstein tan simpático, que le había dado su  tarjeta en el barco. Quién sabe, algún día...  Y se llena de ese aire argentino que ya empieza a sentir suyo.”

                                          * * * *
“...La casa de baños de la calle Sarmiento es el lugar donde Tzvi  se reúne con su socio. Isaac Posnasky había comenzado el “negocio” en Odessa, lo siguió en Montevideo y finalmente recaló en Buenos Aires. Desde su  inocente comercio de muebles controla burdeles en Rosario y San Fernando y ostenta un prestigio creciente entre los miembros que conforman la Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Varsovia. Isaac mantiene a Tzvi lejos de algunos arreglos con la policía de la provincia de Buenos Aires, convencido de que su camarada es débil para esos manejos. En el fondo lo envidia, porque pudo organizar una familia y tener un hijo que lleva su apellido.
- Isaac, no me estás prestando atención. –reclama Tzvi.  Te advierto que en todas partes se habla de revolución bolchevique.  Será difícil importar una próxima remesa... Las cinco muchachas que desvié a Montevideo las está amansando Ida Kuriel. Con ella aprenden o aprenden. En diez días las tenés trabajando acá, quedate tranquilo. Ah, el cruce del río me tiene sin cuidado, mi hombre en Carmelo es de fiar.

-Un momento: las chicas ¿no eran siete?-  pregunta  Isaac con desconfianza. 
-Siete, claro que siete. - replica Tzvi  sin respirar- Pero dos enfermaron y  las tuve que bajar en  Brasil.
-Entonces, perdimos plata. No nos da la cuenta. Tus gastos, pasajes de las chicas, documentos,... ¡Encima, vamos a medias con la ganancia!
-Y mi riesgo, ¿no lo contás? – reacciona Tzvi – Para colmo, le había  prometido al juez Zaldívar que le traía algo especial y vine con las manos vacías.
-¡Bueno, mala suerte! En el próximo viaje
-No, Isaac. Por ahora yo no vuelvo a Europa.  Aquello es una locura. No lo pienso hacer. Vamos a tener que buscar en los suburbios. ¡Y quién te dice, gracias a eso abrimos sucursales en el interior! Ahora, lo primero es pescar una recién llegada que lo mueva a Zaldívar como le gusta a él. 
-¿Y por qué tanto apuro para complacerlo?
- Zaldívar tiene que seguir siendo incondicional- responde Tzvi.
-Traer una de tierra adentro no será  fácil, van a hacer falta alcahuetes.
-Despreocupate Isaac, no habrá inconvenientes. Y te lo repito una vez más: por culpa de los viajes tan largos mi sedería es un mish mash*. Andá pensando  en alguien que me reemplace.
-¿Qué mosca te picó? ¿No sabés que contamos con poca gente de confianza? Hay que cuidarse y estar con los ojos bien abiertos. Me doy cuenta de que hoy no leíste La Prensa. Publicaron un artículo sobre nuestros asuntos. Debe ser un novato porque ni siquiera tiene firma.
-¿La Prensa? No tuve tiempo de leerla.
- Será cuestión de pescar al mequetrefe y como por la plata baila el mono...
-¿A mí qué me decís, Isaac? Mandalo a José, para eso le pagamos. Que él averigüe y lo hace callar.
-Te noto un poco nervioso ¿Querés abandonarme? – pregunta Isaac
La carcajada de Tzvi es tragada por el vapor del baño turco.”
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“...Una pieza, una cama de hierro y un cobertor que pide jabón. Sobre la cama, Rojl ve el maletín de Tzvi. Entonces comprende que está despierta y el tiempo no se detuvo.
Una mujerona hosca, gastada,  trajina a su alrededor. Se encoge para evitarla pero ya la tiene encima, forcejeando para desabrocharle el vestido. Rabia y vergüenza brotan en un alarido tan intenso que la otra descarga su enojo contra el baúl abriéndolo en un tris,  revelándosele su contenido: ropa de ajuar con poco uso, fotos de dos  niños y la  de Rojl con alguien, que podría ser el padre...
¿Cuántos años pasaron para Rojl en esos días? ¿Dónde quedaron las canciones en idish que tarareaba para distraer el hambre de Moishele y Shíkele, que no saben de engaños?  
Sobre la cómoda, una palangana y una jarra con agua; están ahí desde siempre, pero Rojl lo ignora y la sorpresa del agua golpeándole la cara le quita el aire, no entiende el porqué de la agresión.
¿Cómo pueden salir de esa bocaza tantas maldiciones, en la lengua que ambas bebieron al nacer? Aturdida, le explica con suavidad:
-Vine de Tapalqué a trabajar con el señor Rubinstein, soy costurera.
La de los dientes podridos -después sabría que se llama Perla- se burla y otro chubasco resbala por los pechos y el vientre de Rojl, que ya no está  segura de nada,  ¿a dónde fue el señor Rubinstein?  Recuerda cuando era niña y la dejaban sola y la nieve crecía y empujaba la puerta de la casa, y tenía miedo de quedar allí, encerrada para siempre. Entonces, apretaba los puños y cerraba los ojos pensando que Dios vendría montado en una ráfaga de viento y la salvaría... También ahora necesita creer. Le enseñaron a creer.
....

 

El caso Zwi Migdal en los periódicos 
Comunicar es un arte que depende de la ideología del medio y de la repercusión que se busca. 
El diario Mundo Israelita de fecha 9 de octubre de 1926 con el título: Represión  de la trata de blancas, hacía mención de la enérgica protesta iniciada por Matías Stoliar y N. Sprinberg, editores del periódico Di Presse, quienes dieron a conocer el secuestro de la joven judía Perla Pezelorska,  traída con engaños de Polonia por el proxeneta Arnaldo Neiman.
En dicho artículo se exhortaba a las autoridades comunitarias a actuar con más energía contra los rufianes y advertía de su poderío: “...junto a la acción de las autoridades debe intervenir la colaboración de particulares y de las instituciones sociales, a fin de rendir más eficaz aquella.  En lo que a la colectividad se refiere, podría tomar la iniciativa de combatir a los caftens la Sociedad Israelita de Protección de Niñas y Mujeres, que preside el doctor Halphon.  Esta meritoria institución que viene prestando estimables servicios, debe intensificar su actividad y llevar una campaña a fondo contra los tratantes de blancas, que operan entre los judíos.  Para nadie es un misterio que existe aquí una agrupación de tenebrosos que cuenta con local propio y con personería jurídica.
...¡Es posible que nada pueda hacerse contra ellos!...”
Resulta ilustrativo que el día 16 de ese mismo mes, también la página de actualidad  de la revista Caras y Caretas incluyó la foto de la joven, con un breve epígrafe. Y en su libro, el comisario Alsogaray hizo un extenso relato de aquel rescate.
Poco tiempo después, el Mundo Israelita del 20 aplaudiría la puesta en marcha de la lucha contra los explotadores:
“...Concierne al comité que acaba de fundarse cuidar y exigir que a los tenebrosos no se los admita en ningún lugar público de reunión, desde el teatro hasta el café....”
Los titulares del diario israelita del año 1927 remarcaban el malestar de la comunidad:
21/5/27 Filtración que debe evitarse...
4/6/27 Los insociables...
18/6/27 Por la salud moral de la colectividad
25/6/27 La trata de blancas
Y el 2 de julio destacaba la visita del Dr. Halphon, -presidente de la Ezras Noschim y Gran Rabino de la Congregación Israelita- al Jefe de Policía señor Wright: El rabino expresaba la necesidad de que le fuera retirada la personería jurídica a los caftens. Su voluntad era interesar también al Ministro de Polonia, acreditado en nuestro país, ya que una de las “guaridas” de rufianes, se llamaba “Varsovia”.
A pesar de las continuas denuncias, la autoridad policial en esos años, no reaccionó y hasta que mucho tiempo después, por intermediación del ministro polaco, la mencionada, fue compelida a cambiar de nombre. Cosa que ocurrió el 23 de mayo de 1929. A partir de ahí, se la conoce como Zwi Migdal.
Ante los sucesos acaecidos,  quien más quien menos,  los periódicos del país y obviamente, los de la colectividad israelita, reflejaron en sus páginas los vaivenes del tumultuoso proceso a la Zwi Migdal:
La Prensa, en el tema de los rufianes, evitó la palabra judío y no hizo hincapié en la religión de la mayoría de los involucrados.
El 20 de mayo de 1930, los lectores de ese matutino se enteraban de la proeza del dirigible Graf Zeppelín que partía de Sevilla, con destino a las costas de América del Sur. Y en la página policial se informaba –con curiosa elipsis descriptiva- sobre la denuncia de Raquel Liberman:
“La justicia está empeñada en una investigación que se cree permitirá individualizar a los componentes de una vasta organización para la trata de blancas...Las actuaciones sumariales fueron iniciadas en la comisaría 7ª. A esa dependencia acudió hace aproximadamente un año la mujer Raquel Liberman, polaca, de 29 años de edad, soltera, y denunció al titular de la misma, comisario Alsogaray, que el sujeto Salomón José Korn la había despojado de una suma de 90.000 pesos que ella tenía depositados en diversos Bancos. Dijo la denunciante   que en 1924 llegó a esta Capital, procedente de su país de origen, siendo recibida por el sujeto Jaime Cyngisser, que primeramente la tuvo encerrada en un departamento, en compañía de la mujer Bronia de Korman.  Entre ambos la indujeron y obligaron al ejercicio de una actividad deshonesta, que efectuó durante más de tres años.  En esa época, es decir, en 1927, logró librarse de la sujeción de sus explotadores, e instaló un comercio de objetos de arte en la calle Callao 515.  Desde el momento que se independizó de Cyngisser hasta su instalación, éste ejerció cerca de ella una continuada presión, pretendiendo que volviera a sus antiguas actividades.  Un año después, en 1928, dijo la denunciante que conoció al sujeto Salomón José Korn, también polaco, pero con carta de ciudadanía argentina, de 31 años de edad, y ambos contrajeron enlace, pero con prescindencia de las leyes locales, pues lo hicieron solamente ante un rabino.  Desde entonces Korn le exigió, agrega la denunciante, la entrega de las sumas que tenía depositadas en establecimientos bancarios, lo que así hizo ante sus continuas amenazas...También pudo comprobar la estrecha amistad entre Cyngisser y Korn.
Llamado a declarar el aludido Korn se pudo establecer que éste se dedicaba a la trata de blancas y que así explotaba en su beneficio a la mujer Sara Syller, con domicilio en Oro 2475.  La nombrada negó su carácter de explotada por lo que se la procesó por falso testimonio...
Más adelante, por las amenazas recibidas para que desista de las acusaciones, denunció a Mauricio Kirshtein, como principal autor de las mismas.  Éste además de ser tratante de blancas también explotaba juegos de azar, con varias agencias que se centralizaban en la calle Corrientes 2095...
Una vez allanada la sede de la Migdal en la calle Córdoba 3280, se ha podido incautar un libro de actas de distintas asambleas, redactadas en idioma castellano y en forma ambigua, ejemplo: “se autoriza a los nombrados miembros para que procedan conforme las instrucciones recibidas.”, pero sin especificar nunca cuál es la misión a que aquellos se les encomendaba.  Todas las actas, desde 1906, fecha de constitución de la sociedad, aparecen labradas en la ciudad de Avellaneda.  Según una de fecha 29 de noviembre de 1929, se procedió en esa oportunidad a designar a los miembros de la Comisión Directiva, que se dejó constituida así: presidente, Simón Brutkevich; vicepresidente, Harry Benjamín; secretario, S.L. Kshynky; tesorero, Mauricio Caro; vocales, Zacarías Zytnisky, Felipe Schon, Simón Kunicher, Abraham Marchik, Losé L. Borestein, Herman Drayman y Max Wonvoler; revisores de cuentas, Salomón Grossflam y Mauricio Kirschtein; “jurados”, Wolf Brockman, Leopoldo Rosenberg y Soy Bergmann...
Entre otros documentos también figuran muchas cartas en idish, las que a juicio del magistrado actuante, prueban terminantemente las actividades delictuosas de la entidad...”
Crítica, del mítico Natalio Botana, daba la misma noticia con letras catástrofe.  En una parte de la extensa nota, se instaba a las mujeres explotadas a presentarse al juzgado, con la promesa de ampararlas.
Otro importante periódico, El Diario, dirigido por Manuel Láinez,  advertía sobre la falta de probidad de funcionarios policiales con respecto a la red de prostitución.
Al descubrirse la sede social de la Zwi Migdal, Última Hora del 22 de mayo, desbordó  su “amarillismo” con una nota sensacionalista: “...Un artístico camouflage de la beneficencia. En una habitación amplia, moderna, del mismo cuerpo del edificio (Córdoba 3280) hay un lecho, en él un anciano con perfil de ave de rapiña al que le faltan las piernas.  Es un busto de hombre, sólo un busto movedizo que interrumpe su balanceo y su labor de cocinero, para posar para nuestro fotógrafo.  En el cuarto típicamente hebreo, se codean los signos del bienestar con muestras de miseria y suciedad.  Este hombre es el “protegido” de la Zwi Migdal. Por las mañanas, a primera hora, el “protegido” era sentado en un sillón de ruedas y sacado al jardín del frente.  Los transeúntes podían verlo a diario a través del enrejado y servía de algo así como “ muestra” o “affiche” de los fines benéficos de la sociedad.  El instalado ponía especial atención en exhibir los muñones lastimosos de sus piernas quebradas.
A trueque de esos importantes servicios, la sociedad lo mantenía, lo vestía y le daba el techo y el cuidado que su situación le hacían imprescindibles.
Hoy, este artístico “camouflage” humano, limpia y prepara prosaicamente una ensalada de berros, añorando las horas en que cumplía a conciencia su misión de “affiche viviente” colgado en el jardín de la Zwi Migdal.”
Mundo Israelita del 24 de mayo, recordaba las quejas persistentes de las asociaciones judías y no judías contra los tratantes de blancas, y la indiferencia demostrada por las autoridades policiales y el gobierno de Yrigoyen:
“...el movimiento de opinión llevado a cabo en 1926 no dio mejor resultado que los que le precedieron.  Es que el mal no se atacó de raíz, como lo habíamos aconsejado.
Ahora el asunto vuelve a ser de actualidad.  Un juez enérgico y animado del santo propósito de librar a nuestro país de la lacra que lo deshonra –hemos nombrado al Dr. Rodríguez Ocampo – está empeñado en llevar a buen fin el anhelo de toda la población honesta del país.  El juez está reuniendo los datos necesarios a fin de conseguir la disolución de las organizaciones de tenebrosos, cuyo primer paso consiste en retirarle la personería jurídica a la ex Varsovia, ahora Migdal...No será poco si eso se consigue, y todos deben cooperar en tan humanitario propósito.”
Como curiosa coincidencia, en la página opuesta al artículo arriba mencionado se publicó un poema escrito por Natalio Gorelick: Madre Raquel (Génesis XXIX,11): “...Entonces soñó y tuvo este sueño: que dos manos sin cuerpo visible lo acariciaban, y que una voz sin boca visible le hablaba consolándolo. Y la voz le decía: No llores José, hijo de Raquel, no llores, porque no está muerta tu madre...”
 
El accionar indolente de la policía era denunciado con mayor energía aún, por La Protesta: “...Existen más de 450 órdenes de detenciones contra conocidos rufianes, a raíz del último allanamiento a la Migdal.  La policía no ha detenido ni siquiera el pico de esa cantidad. ¿Pero quién ignora que los policías son cortados por la misma tijera moral que los tratantes y que además están atados mutuamente por la coima que perciben en la venta de esa carne de esclavas, pues de lo contrario no se explicaría su organización tan perfecta...”
 
Y Crítica del 25 de mayo de 1930 también denunció la conducta indolente de las autoridades:
“...El diario Di Presse, uno de los más importantes de la colectividad israelita, ha realizado en distintas oportunidades, activas campañas moralizadoras para combatir a la sociedad de tenebrosos Migdal.  Muchas veces Di Presse denunció a nuestras autoridades las maquinaciones criminales de la Migdal y presentó casos concretos de corrupción de menores ante la justicia, pero siempre, tales campañas moralizadoras, alentadas por la colectividad israelita fracasaron ante el poder invulnerable de esa asociación, tan protegida. 
El señor Pedro Katz, director del diario cuenta que hace ya más de cuarenta años que la colectividad israelita de la Argentina, que está compuesta de 200.000 personas trabajadoras y honestas, lucha denodadamente para destruir y aniquilar a los repugnantes componentes de la sociedad tenebrosa.
En el año 1908, jóvenes judíos constituyeron la sociedad Juventud con el propósito de interesar a los poderes públicos argentinos para que combatan y persigan a los componentes de la sociedad Migdal. 
En 1913, el entonces diputado nacional doctor Alfredo L. Palacios, animado por dicha sociedad, proyectó su ley que fue aprobada pero con tantas concesiones para los traficantes de mujeres, que hoy ya es ineficaz...”


* mish mash: (idish) embrollo